
HISTORIA DEL JIU-JITSU
Uno de los impulsos más importantes de todo ser vivo es el de defenderse del ataque de depredadores o de individuos de la misma especie que compiten por territorio, comida o reproducción. A diferencia de los animales que disponen de mecanismos de defensa incorporados en su propia estructura el ser humano adapta aquello que dispone para defenderse y desarrolla métodos de defensa. Cuando algún método resulta eficaz las otras personas lo copian o pretenden aprenderlo de quién lo desarrolló, con lo cual se formaliza no solo la técnica sino también los métodos de transmisión y se crea la génesis de los artes marciales del Japón.
Respecto a los orígenes del arte, hay una historia famosa sobre el guerrero Sekuni, de Izumo, quien derrotó y dio muerte a Tajima no Kehaya en la prefectura de Shimane en presencia del Emperador Suinin.
De acuerdo con descripciones, las técnicas utilizadas en este enfrentamiento incluyeron golpes a puntos vitales, proyecciones, sometimientos o sumisiones y armamento.
El jiu-jitsu probablemente se nutre de técnicas de lanzamiento, estrangulación, y luxación provenientes del Sumai, el antecesor del Sumo , golpes a puntos vitales que podrían provenir del conocimiento marcial de refugiados chinos que durante los disturbios en China en el siglo XIII huían de la dinastía manchú y quienes traían consigo conocimientos de las formas de combate sin armas del kung fu / wu shu o Chuan-fa, y técnicas desarrolladas a lo largo del período feudal japonés por diferentes clanes a partir del combate en armadura o Kumiuchi.
Aunque al principio a cada uno de estas artes desarrolladas por individuos o clanes se le dio un nombre particular luego fueron agrupados bajo una denominación común denominándolos genéricamente como Yawara o Jujutsu y a cada uno se le denominó “estilo” o “escuela” del arte genérico ryu-ha en japonés.
Aunque la influencia inicial de las artes marciales de China es clara, Para Jigorō Kanō el fundador del arte marcial moderno del Judo, afirmo en una declaración realizada en 1888 durante los comienzos de la era Meiji en el Japon, que el tipo de lucha basado en presas y derribos, como el Jiu-jitsu, el cual fue referente para la creación del Judo moderno es de origen específicamente Japonés y no Chino.
Es también claro que los sistemas de jiu-jitsu japonés dan mayor énfasis al trabajo en el suelo newaza y presentan técnicas idori o de control desde la posición arrodillado de seiza (forma tradicional de sentarse con erguido sobre las piernas dobladas bajo las caderas) así como técnicas shikko (desplazamiento de rodillas requerido en las visitas al Shogún o al Emperador) que le son características. Pero además muchas técnicas de lanzamiento solo tienen paralelo en artes marciales Chinas o mongolas, esto se puede observar claramente cuando se puede determinar la influencia japonesa en otras artes modernas con lanzamientos como en el caso del Hapkido coreano. Es un arte de defensa personal por excelencia muy efectivo.